El lunfardo, creado en Buenos Aires por presidiarios, aún tiene vigencia en el habla cotidiana.
En los barrios de la ciudad, sin distingo de clase social, un argot, que llegó desde Argentina a través del tango, modificó las expresiones del hablar cotidiano.
Sorprende que en Medellín el hablar de los jóvenes, en pleno siglo XXI, todavía esté impregnado de expresiones de comienzos del siglo pasado.
En Medellín se quedaron para siempre las voces del tango

Deja una respuesta